Problemas en importaciones a Chile desde China debido al Coronavirus, USA la mejor opción

Lentitud de las importaciones desde China redirige el mercado hacia los Estados Unidos
El impacto económico del coronavirus de Wuhan va más allá del fortalecimiento del oro. Cada día se suman nuevas restricciones en materia turística, comercial y aeroportuaria que redirigen a los importadores a nuevos horizontes.
La aparición de un nuevo tipo de coronavirus en Wuhan (China) ha prendido las alarmas de la Organización Mundial de la Salud. A pesar de que los últimos estudios demuestran que su tasa de mortalidad se sitúa en un 2 % -siendo superado con creces por el ébola (63 %) o la gripe aviar (39 %)- sigue siendo una amenaza para la salud pública.Con el objeto de frenar su expansión, se han establecido políticas mundiales que restringen desde el número de viajes aéreos hasta la actividad turística. Pero -tal como ha sucedido en casos similares- estas acciones tendrán efectos negativos en el ámbito económico y en el número de importaciones.

¿Qué es el coronavirus de Wuhan?

El COVID-2019 es una nueva cepa de coronavirus que ha sido vinculada a la provincia china de Hubei, específicamente a su capital, Wuhan. Como cualquier otro virus de la familia, el COVID-2019 produce una enfermedad respiratoria leve -y, en algunos casos, moderada- con síntomas similares a los de un resfriado común.

Si bien pertenece a la misma familia del síndrome respiratorio agudo severo -popularmente conocido como SARS- la nueva cepa no es tan letal y, en el 85 % de los casos, ofrece un buen pronóstico.

¿Cómo se propaga el COVID-2019?

Según las publicaciones de la OMS, el principal medio de propagación del COVID-2019 es el aire. El virus viaja unos dos metros con las secreciones nasales o salivales de la persona enferma, es decir, cuanto esta tose o estornuda. Si se le compara con el sarampión -que tiene un alcance de contagio de 30 metros- se trataría de un virus de difícil expansión. No obstante, es demasiado pronto para afirmar que esta sea la única forma de transmisión.

Todavía se desconoce cuánto tiempo puede mantenerse el virus sobre una superficie, pero se presume que -al igual que otros similares- su tiempo de vida se limitaría a menos de 24 horas. Tampoco hay resultados concretos sobre la propagación durante la incubación, la posibilidad de contagio en una transfusión de sangre, entre otros aspectos.

Efectos del COVID-2019 en la economía mundial

Por los momentos, las autoridades del sector de la salud están reuniendo esfuerzos para descubrir más sobre esta nueva cepa. Esto les ha permitido diseñar una respuesta eficaz para la prevención y diagnóstico de la enfermedad. Sin embargo, aún no existe una vacuna o tratamiento específico para el COVID-2019.

Aunque el brote tiene un potencial similar al del SARS -ya que comparte el mismo nivel de contagio- se han tomado acciones y correctivos acertados desde el comienzo para evitar su propagación a otros países. De hecho, el número de pacientes diagnosticados con COVID-2019 fuera de China es muy bajo.

Separándonos del ámbito de la salud pública, los expertos afirman que este será un año difícil para las empresas que se dediquen a traer desde China productos para la venta y, posiblemente, también para las aerolíneas. Y es que -prácticamente- el tráfico global ha sufrido una reducción que impactará directa o indirectamente al comercio mundial.

Algunos vestigios ya se ven en los indicadores bursátiles: el oro va en aumento, el euro en picada y el dólar ha mantenido su valor -principalmente- porque la lentitud de importaciones desde China obliga a las empresas a efectuar su compra en USA y a refugiarse en monedas fuertes distintas al euro.

Impacto real del COVID-2019 en las importaciones

Pese a los esfuerzos de China por mantenerse como líder de las exportaciones, la compra en USA es más segura, rápida y rentable en estos momentos; al menos para los países de América del Sur. Y es que, en lo que va del 2020, más de 13.000 vuelos han sido cancelados para combatir el COVID-2019, generando retrasos y pérdidas astronómicas de dinero para los importadores.

Ante este escenario -y basándose en las siguientes razones- muchos expertos han recomendado evitar traer desde China productos y materias primas, y decantarse por la compra en USA:

  • La desaceleración de los viajes a China es solo el comienzo. Cerca del 80 % de los vuelos desde y hacia China están paralizados, incluyendo también los de Corea del Sur y Japón. Esto produce más que lentitud de importaciones desde China. Los barcos necesitan pasar cuarentenas y estrictos controles para salir o entrar al puerto, las vías aéreas están -prácticamente- cerradas y el transporte terrestre no es una opción. El colapso es inminente, a menos que se controle el brote.
  • Hay pocos datos sobre la enfermedad. Se trata de una cepa nueva de la que los científicos no tienen mucho conocimiento. Todavía queda descartar otros medios de contagio, descubrir cuánto tiempo vive el virus sobre una superficie, si las heces pueden transmitir la enfermedad, etc. Además, no hay tratamiento. Y aunque ya se esté trabajando en una vacuna, los especialistas tardaron 20 meses en encontrar una para el SARS; un claro indicativo de que la solución podría no estar tan cerca.
  • El número de casos es bajo a nivel mundial, pero en China crece de forma acelerada. Incluso más que el SARS. Esto hace que muchas empresas asiáticas cierren sus sedes o limiten la jornada laboral. Sin duda, esto tiene un efecto catastrófico en materia comercial porque los clientes extranjeros no pueden comunicarse con los vendedores para tramitar sus órdenes, pedir presupuestos, entre otras acciones.
  • Hay restricciones de viaje dentro de China. Otro aspecto que reduce la efectividad de atención y la logística de las empresas de exportación en China es la imposibilidad de viajar a Wuhan o a cualquier ciudad cercana a ella. Al ser Wuhan el centro de transporte que conecta a Shanghái, Pekín y otras metrópolis del país asiático; la movilidad interna -y, por ende, la industria y el comercio- están sufriendo un fuerte golpe.
  • Las grandes empresas están migrando a Estados Unidos. Gigantes como Amazon, Google y Microsoft han decidido cerrar temporalmente sus oficinas en China y se están concentrando en atender las solicitudes desde sus sedes principales en Estados Unidos. La mayoría de las grandes y medianas empresas están siguiendo el mismo patrón. Esto hace que importar desde Norteamérica sea la mejor decisión.

 

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